Creo que sirve de reflexión con respecto a la situación actual. No creéis que muchos de los pecados moderno aun hoy se repiten. Desde luego siempre se puede mejorar.
Pecados de antes... y los de ahora
Por si no se habían percatado, lo recalcaremos: en España está cambiando radicalmente la forma de hacer vino. Los ribeiros inestables, los jumillas desequilibrados, los reservas riojanos sin más color ni sabor que el de la madera o han desaparecido, o están en vías de hacerlo.
Quien no hace buen vino no vende ya nada de vino, porque los graneles y el vino de pasto no tienen futuro en un mercado que ya no es ni local, ni español, sino mundial. El vino es muchísimo mejor en 1998 que hace 10 años. Pero cantar victoria sería de necios. Aunque los pecados de elaboración son hoy veniales y antaño fueron capitales, no deja de haber un pecado moderno por cada uno de los de antes.
Veamos:
Pecado antiguo: excelente fruta de un viñedo de bajo rendimiento, destrozada por la impericia y la falta de higiene en la bodega.
Pecado moderno: bodega bien equipada, enólogo competente... y todo, para vinificar uvas mediocres de viñedos jóvenes con el rendimiento desmadrado.
Pecado antiguo: vino matado por larguísimos envejecimientos en barricas de madera vieja.
Pecado antiguo: vino matado por larguísimos envejecimientos en barricas de madera vieja.
Pecado moderno: vino matado por una crianza menos larga, pero aún excesiva, en madera nueva. (La madera nueva es una obsesión moderna, que aparte de ser una amenaza ecológica -de un roble de 150 años, en el centro de Francia, se obtienen dos barricas de 225 litros...- se está empleando abusivamente, con vinos carentes de la estructura para soportarla sin convertirse en sopa de roble).
Pecado antiguo: vinos blancos oxidados.
Pecado antiguo: vinos blancos oxidados.
Pecado moderno: vinos blancos tan limpios y acerados,
fermentados a 20 grados en acero inoxidable, que son todos idénticos.
Pecado antiguo: vinos (blancos, sobre todo) sin aroma alguno.
fermentados a 20 grados en acero inoxidable, que son todos idénticos.
Pecado antiguo: vinos (blancos, sobre todo) sin aroma alguno.
Pecado moderno: vinos perfumados artificiosamente con el empleo de levaduras comerciales de diseño, o abusando de la maceración con los hollejos hasta crear caldos de exóticos aromas... que se caen como piedras en seis meses.
Pecado antiguo: tintos pálidos, sin materia colorante ni sólida, por insuficiente maceración.
Pecado antiguo: tintos pálidos, sin materia colorante ni sólida, por insuficiente maceración.
Pecado moderno: vinos oscuros pero cargados de taninos verdes y sabores vegetales, por exceso de maceración de uvas que no se lo merecían.
Pecado antiguo: vinos demasiado baratos.
Pecado antiguo: vinos demasiado baratos.
Pecado moderno: vinos demasiado caros...
Publicado en la sección de Enología de elmundovino.com
Fecha de publicación: 17.05.1998
Publicado en la sección de Enología de elmundovino.com
Fecha de publicación: 17.05.1998
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